Síntomas de la depresión

Hace tiempo leí un artículo del maestro budista Dharmavidya acerca de los síntomas de la depresión y cómo afrontarlos desde una visión diferente. Comenzaba con un diálogo parecido a este y su visión ha inspirado mi post de hoy.

Alicia. ¿qué te pasa?

Verónica: nada

Alicia: Algo te ocurre…

Verónica: es lo de siempre, no tengo ganas de hablar de ello. Siempre es lo mismo, soy tan solo una carga para ti y los demás.

Alicia: Dime cómo te sientes

Verónica: Pues como siempre. Plana, gris, como sin vida, sin motivación alguna.

Alicia: Si pudiera ayudarte de algún modo

Verónica: Es inútil, déjalo, no hay nada que puedas hacer que lo vaya a cambiar. Esto es siempre igual.

Alicia: Me duele muchísimo verte así

Verónica: sí, sería mejor que no estuviera aquí, que despareciera, no te mereces una compañía así. Si en realidad se que no debería estar así, no me falta nada, no sé…soy un asco

Alicia: No digas eso, todos pasamos por malos momentos, simplemente me gustaría saber cómo ayudarte mejor.

Verónica: No sé qué decirte, quizá acabe pasando, pero este “momento” no parece tener fin, necesitarás ser paciente conmigo. Realmente necesito que estés ahí aunque, a la vez, sé que es un desafío.

 

Síntomas de la depresión

En este pequeño diálogo se vislumbran muchos de los síntomas de la depresión: desmotivación, pesimismo, aislamiento, culpa, apatía, desesperanza, falta de energía y entusiasmo… Aun así en cada individuo la depresión se manifiesta de forma única e individual, aunque haya una serie de características que puedan referirse a ella de forma general. Todos hemos vivido sentimientos de este tipo alguna vez, con más o menos intensidad, pero cuando varios de ellos se dan a la vez y este estado se prolonga en el tiempo durante semanas, podemos estar frente a una depresión.

Me gustaría referirme hoy a este estado desde un punto de vista un poco diferente. El término “depresión” alude a algo que se hunde, que está abajo, algo que se repliega, se duerme, “cesa” en cierto sentido.

Esto puede recordarnos la imagen de la naturaleza en invierno, algo que , aunque sigue vivo, pasa por un periodo de sueño, de noche, de luna nueva, donde los asuntos cotidianos se deben detener, donde se vive un estado que se asemeja a la muerte, pero que forma parte de la vida y es necesario. Todos estos procesos: la noche, el invierno, la luna nueva…pertenecen a procesos cíclicos naturales de la existencia y la vida, que, si son aceptados y escuchados, que si no son rechazados y obviados, nos renuevan, nos permiten salir a la luz, volver a la actividad despierta, al dia, a contemplar la luna llena y disfrutar de los frutos del  verano de forma plena.

Los místicos también lo llamaban “la noche oscura del alma”. Hay una naturaleza hecha de tierra y espíritu en todo ser humano, y pienso que si pudiéramos ver este estado también desde el punto de vista de un viaje espiritual, de un  “detenerse” para  reparar las heridas que sufre nuestro espíritu en su contacto con la tierra y poder seguir renovados en nuestro camino, creo que `podría ayudarnos a vernos en una fase en proceso de curación en lugar de condenarnos o considerarnos sólo enfermos.

Este proceso curativo es todo un viaje significativo y por ello normalmente necesita de atención y ayuda para conducir a la persona hacia una vida plena.

Nuestros apegos e implicaciones en la vida están abocados a la pérdida, es ley de vida. Hay una serie de fases que suceden, en muchos casos, tras dicha pérdida: negación, enfado, desaliento, y un periodo de humor fluctuante que acaba derivando en la progresiva implicación de la persona con la vida.

Cualquiera podemos atascarnos en una de estas fases. Cuando lo hacemos en la fase de desaliento y desesperanza esto se suele denominar depresión.

Normalmente entonces se considera la pérdida como el detonante de un proceso de sufrimiento, sin embargo, realmente es nuestra identificación anterior, nuestro apego a las cosas, la que desata un sufrimiento que sigue a la pérdida natural. A veces la depresión surge como una resistencia al cambio natural de las cosas, una negación de lo temporal.

Síntomas de la depresión-Espacio Crecimiento PersonalEntonces al derrumbarse todos nuestros castillos, expectativas e identificaciones, mucho del sentido de quienes somos también se viene abajo. Caemos en un oscuro vacío que parece no tener fin ni encontrar sentido en nada, y, como animales heridos, nos “enroscamos” en nosotros mismos.

Y aquí se presenta un desafío, porque la idea que tanto abunda, de que el placer y la felicidad son los objetivos de la vida, hace muy difícil que consideremos estados como la depresión como un periodo de renovación y aprendizaje. 

La vida está tejida de amores y pérdidas y se mueve y se renueva de manera dinámica. Es el camino del Tao. Negar esto, o tratar de que se detenga el proceso, es negar la propia naturaleza, y eso nos enferma.

Podemos también ver la depresión como una posibilidad de conocer algo más de la vida, de renovarnos y acercarnos a la realidad con más madurez, si hemos podido atravesar esa “noche oscura” con algo de consciencia.


¿Te encuentras en esta situación? Puedo ayudarte, contacta conmigo

 

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